INFORMACION OBTENIDA Y PROCESADA POR LA
PROFESORA ELSA BRUZZONE Y
EL CNL (R)
JOSE LUIS GARCIA
DEL CEMIDA
La presencia militar de EE UU en
Sudamérica genera inquietud y el rechazo de la mayoría de los miembros de la
Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) que ven en ello una real amenaza por lo que requieren mayor información y
transparencia e insisten en obtener datos precisos sobre el despliegue militar
estadounidense en la Región.
Ante ello EE UU asegura que no busca aumentar la presencia
de tropas y que su único interés se limita a apoyar la guerra contra el
terrorismo y las drogas. Pero la UNASUR no está convencida de ello y vincula la
existencia de enclaves militares norteamericanos en la zona con la estrategia
global de dominación del gobierno de Washington para asegurar sus objetivos
geoestratégicos con un mayor control de los recursos naturales (petróleo, gas, agua, minerales y biodiversidad). "No podemos permitir bases militares de EE UU en nuestros territorios" sostuvo
el Presidente de Bolivia Evo Morales en diciembre último, durante la cumbre de
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al expresar
que la Casa Blanca tiene la mira
puesta en América Latina y el Caribe, especialmente en sus recursos naturales y
en la desestabilización de los gobiernos soberanos de la Región. La CELAC
debe trabajar en conjunto "para
construir nuevas doctrinas en las Fuerzas Armadas" agregó. Creemos
que huelgan los
comentarios.
Los procesos de integración que
no incluyen a EE UU: MERCOSUR, UNASUR, Alternativa Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América (ALBA) y CELAC, redundaron en la pérdida de la influencia
política estadounidense en Latinoamérica
en los últimos años; y al perder la
iniciativa política y económica frente al empuje de China, Rusia y
de otros países emergentes el
gobierno norteamericano ha tenido una
creciente necesidad de control militar territorial.
Como pruebas de la
importancia
que la Región, y específicamente Sudamérica revisten hoy para
Washington, puede
acotarse la asistencia de Barack Obama a la VI Cumbre de las Américas
que se
realizó en Colombia y la visita de la Secretaria de
Estado Hillary Clinton a Brasil, ambas en abril último. A
finales del mismo mes el
Secretario de Defensa estadounidense Leon Panetta realizó una
cuestionada gira por el Subcontinente
que lo llevó a Colombia, Brasil, Chile y Perú. La
coordinación de esfuerzos para la cooperación en el tema de la seguridad
y en
la lucha contra el crimen trasnacional fueron
los objetivos del recorrido de Panetta por el área. Durante el mismo
expresó claramente que para los EE UU esos esfuerzos se potenciarán
con la
presencia efectiva de sus bases militares en la Región.
De acuerdo con fuentes diversas,
de las múltiples bases militares que tiene el gobierno estadounidense en el
mundo, una buena parte de ellas se encuentra en América Latina y el Caribe disponiendo
ya en Sudamérica de emplazamientos militares
en Colombia, Paraguay y Chile, aunque se aprecia que hay otros asentamientos en
construcción e, incluso, algunos operando en forma clandestina, como presuntos emplazamientos de ayuda a la
población, ya que Washington ha dejado
de llamar "bases
militares" a muchas de esas instalaciones
y, en un cambio de estrategia,
las camufla con supuestas acciones humanitarias bajo los nombres de “Centro de Operaciones de Emergencias” u
otros eufemismos para operar con el pretexto de la asistencia para catástrofes
o eventuales necesidades. De esta manera
el COMANDO SUR de EE UU ingresa en los países sudamericanos sin
necesidad del permiso que en otras circunstancias debería solicitar de sus Parlamentos.
La construcción de una
de esas
instalaciones en la provincia argentina del Chaco, con infraestructura
donada
por el Comando Sur, desató recientemente una intensa polémica tanto
dentro como
fuera del país (Ver nuestro artículo EL COMANDO SUR EN EL CHACO). Esa
instalación permitiría al Comando Sur monitorear el área de la Triple
Frontera, compartida por Argentina, Brasil y Paraguay, y evaluar las
perspectivas de explotación de las reservas de agua dulce del sistema
Acuífero
Guaraní, la cuarta
reserva de agua subterránea
del mundo en
cuanto a volumen; pero
la primera en cuanto a
capacidad de recarga, y que
compartimos argentinos,
brasileños, paraguayos y uruguayos, así
como cerrar el cerco
sobre la Amazonia,
región sobre la cual EE
UU reclama soberanía,
a través de
diversas medidas, desde
el año 1817.
La apertura de otra base del
mencionado Comando en CONCON, Chile, reactivó
la alarma entre los gobiernos sudamericanos. (Ver nuestro artículo EL COMANDO
SUR EN CHILE). Según la versión oficial, la base, con supuestos fines humanitarios, "se especializará en el entrenamiento
de soldados destinados a la formación de las Fuerzas de Paz de Naciones
Unidas". Sin embargo esa instalación,
que generó protestas de amplios sectores populares y organizaciones sociales,
gremiales y de derechos humanos, esconde la implementación de los planes estadounidenses
para controlar los recursos naturales y estratégicos del Cono Sur.
Un llamativo silencio mediático
rodea estos hechos máxime, teniendo en cuenta,
que el Comando Sur, que
depende del Departamento de Defensa de EE UU,
no es precisamente una organización solidaria y menos benéfica.
En el año 2009
la Casa Blanca firmó secretamente con el
gobierno de Colombia un Acuerdo que le garantizaba
a sus tropas el libre acceso a bases
militares enclavadas en territorio colombiano. La UNASUR manifestó
entonces su preocupación por el pacto pues sus objetivos y potestades
era ambiguos al establecer que los dos países ”enfrentarían
cualquier tipo de provocación, siempre que la perciban como tal”. Venezuela y Ecuador denunciaron el Acuerdo
como una potencial amenaza al balance estratégico de la Región y
además el gobierno venezolano lo consideró un peligro para su seguridad
nacional. En agosto de 2010
la Suprema Corte de Justicia colombiana decretó que
el Acuerdo debía pasar por
el Congreso y tramitarse allí. El nuevo
Presidente Juan Manuel Santos
decidió, en octubre del
mismo año, no enviarlo y
anunció que quedaba sin efecto.
Ahora el turno le ha llegado, de manera manifiesta, al PERÚ. He aquí
los hechos.
EL 7 noviembre de
2011 una delegación del Comando Sur,
autoridades de Defensa Civil y
representantes del Gobierno Regional de Piura inspeccionaron el terreno donde
se proponía construir un Centro de
Operaciones de Emergencia Regional (COER), con la finalidad de ”monitorear desde allí todas las emergencias
de la región norte”, cuya
construcción sería financiada por el
mismo COMANDO SUR.
El Director Regional de Defensa
Civil Carlos Balarezo Mesones informó
que, de aprobarse la propuesta, durante
el año 2012 se licitaría la primera etapa del proyecto que costaría
cerca de 500.000 dólares, una vez que la
Municipalidad de Piura culminara la transferencia de la propiedad al Gobierno
Regional y se tuviera listo el
saneamiento físico y legal del terreno, que
cubre dos hectáreas y está ubicado al lado derecho del trébol de la
carretera Piura - Sullana.
El representante de la
delegación
del Comando Sur, Andrew Sonier, presente en el evento, descartó que se
tratara de una base militar norteamericana y señaló que tenían otros
proyectos similares
en ciudades como Lambayeque, Chiclayo y Tumbes, que serán también
financiados por el Comando Sur a su
turno.
Por su parte
la Alcaldesa de Piura, Ruby Rodríguez,
señaló que el tema sería debatido en la próxima Sesión de Concejo, donde se
decidiría si se otorgaba la propiedad
bajo la modalidad de cesión en uso, previo acuerdo con el gobierno central.
La gestación de ese
acontecimiento se
inició unos años antes,
específicamente en el mes de
febrero de 2007 con la visita a Lima del entonces jefe del Comando Sur
Almirante
James Stavridis quien sostuvo conversaciones de alto nivel con
autoridades
peruanas. Stavridis habría solicitado la concesión de la base aérea
de Piura, en el
norteño Departamento del mismo nombre,
donde operaban los Su-25 de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). La idea era
poner la base para uso exclusivo del Comando Sur, especialmente para
las
tareas de monitoreo sobre el Hemisferio Occidental, término con
el cual el
gobierno norteamericano designa a
Nuestra América. Desde el punto
de vista del Comando Sur este
pedido respondía a la necesidad de encontrar un lugar
adecuado para poder reemplazar las instalaciones de la base aérea,
naval y terrestre de Manta, en Ecuador, cuya
concesión vencía en el año
2009 y no
sería renovada por decisión del
nuevo gobierno ecuatoriano. Cabe
recordar que en el
año 2009 Manta
regresó efectivamente bajo
la soberanía ecuatoriana,
tal como el
Presidente Rafael Correa
le había prometido a su pueblo.
Mientras se tramitaba el Acuerdo,
integrantes de las fuerzas
armadas norteamericanas y
peruanas llevaban a
cabo el Ejercicio
“Halcón Cóndor” en la ciudad
norteña de Chiclayo, con participación de las aeronaves estadounidenses F-16 y B-1 y
de aviones de la
Fuerza Aérea Peruana.
El objetivo aparente peruano para
firmar este Acuerdo fue el de recuperar el
control territorial y poner
operativas a las Fuerzas Armadas dándoles capacidad de “respuesta esencial”. Fuentes del sector Defensa, informaron
que con ese equipamiento militar,
denominado Núcleo Básico Eficaz, se llegaría al incremento de: I) sistemas antitanques,
II) de defensa aérea, III) de recuperación de aviones de combate, IV) de fuerzas especiales, V) crear el comando
unificado, y VI) mejorar sistemas de comunicaciones. El objetivo estadounidense
resulta obvio.
Como hecho
complementario se negociaría un
nuevo TLC (Tratado de Libre Comercio) llamado “Acuerdo de Cooperación Transpacífico”, que reviviría los objetivos del difunto ALCA, resucitado el
24 de septiembre
de 2008 con el
pomposo nombre de “Iniciativa de Caminos hacia
la Prosperidad” y a la
cual adhirieron los países
que integran el
NAFTA, el CAFTA (salvo
Nicaragua), Colombia, Perú
y Chile, y asisten como
observadores Brasil y Trinidad Tobago.
Finalmente viajó a
Washington el entonces Canciller Wagner,
acompañado por oficiales del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas, quien se reunió con el Secretario de Defensa Robert Gates y estableció el Acuerdo.
Este
hecho afianzó el objetivo real norteamericano. Al parecer el gobierno peruano no
había aprendido las lecciones
derivadas de la triste experiencia
ecuatoriana de Manta la cual produjo pérdida de soberanía e incidentes como el hundimiento de
embarcaciones ecuatorianas, facilitó la
intervención en el conflicto armado colombiano y acrecentó el problema producido por las
“fumigaciones” colombianas en la frontera.
Todos los hechos analizados
convergen en mostrar el interés inusitado por parte del Departamento de Defensa
y el gobierno de EE UU, a través del
Grupo Consultivo de la Embajada en Lima, por estrechar las relaciones con las Fuerzas Armadas
Peruanas a fin de asociarlas a sus proyectos continentales. A éstas les costará
hacer el cambio porque no se encuentran preparadas para asumir nuevos roles.
Tampoco sería bueno que mezclaran funciones y misiones con los nuevos objetivos
estratégicos norteamericanos. Menos aún
que se confunda la actual Guerra contra las Drogas que se libra en los Andes,
con” la Guerra contra el Terrorismo” que EE UU
libra en Medio Oriente, mezclada con los verdaderos objetivos
permanentes de establecer rígidos controles sobre la frontera
amazónica, pródiga en recursos naturales estratégicos. Pareciera que
la triste experiencia
colombiana no ha sido suficiente.
Como resultado del Acuerdo establecido, la Comuna
de Piura entregó
a los representantes del Comando Sur la
documentación y el terreno de dos hectáreas para que
realizaran los estudios de diseño y construcción sobre el
mismo de lo que será el nuevo ”Centro de Operaciones de Emergencia” (COER) para Piura. Éstos
así lo hicieron
y precisaron que a mediados del año 2012 el diseño ya
estaría listo y que los costos
de construcción ascenderían a 500.000
dólares. En
una nueva visita,
realizada durante mayo de 2012,
anunciaron que a fines de junio
o julio el diseño estaría listo y
que el proceso de construcción
adicional al mismo se prolongaría durante un año
dependiendo de la disposición de las autoridades
regionales y los servicios que se necesitaban.
Confirmando lo dicho una información recibida desde Piura el 16 mayo de 2012 expresa:
“La construcción del flamante local del Centro de Operaciones de
Emergencia Regional – COER - se iniciará este año, confirmó el Presidente
del Gobierno Regional Piura, luego de recibir una nueva visita de los
representantes del Comando Sur de los Estados Unidos, interesados en financiar
esta infraestructura. Este COER se
construirá sobre un área de 10.000 metros cuadrados que ha sido cedida por la Municipalidad de
Piura, independizada e inscrita en la SUNARP, es decir está debidamente
saneada. Se considera que de no haber mayores problemas y de acuerdo con los
plazos establecidos por los responsables del financiamiento, los trabajos deben
iniciarse en el último trimestre del presente año. Para ello el Gobierno
Regional tendrá que efectuar trabajos previos y básicos como la construcción
del cerco perimétrico y la dotación de los servicios de saneamiento y
electricidad.”
Este emplazamiento aprobado en
PIURA se instala en un lugar estratégico,
pródigo en recursos naturales especialmente
(petróleo, minerales) donde las
corporaciones transnacionales realizan
estudios de exploración y explotación de los mismos
y de fuerte conflictividad social.
Todo esto complementa una
operación previa encubierta de control territorial planificada y financiada por
el COMANDO SUR que se inició en el año
2009 cuando Lambayeque y otras ciudades del nororiente inauguraron un
moderno Centro de Operaciones de Emergencia
(COER), que funciona en Chiclayo. A
modo de anécdota, la Presidenta del Gobierno Regional de Lambayeque Nery
Saldarriaga recordó que la construcción de la moderna infraestructura fue
posible gracias a que se contaba con la voluntad política y las condiciones
administrativas que no hubo inicialmente en Piura, donde el Comando Sur tenía previsto ejecutar el proyecto.
Por su
parte el Ministro Consejero de la Embajada norteamericana destacó que tanto en Lambayeque como en las
ciudades del nororiente peruano más propensas a ser afectadas por fenómenos
naturales, ahora se podrían coordinar mejor las labores de prevención y
atender con prontitud las emergencias naturales y las causadas por errores
humanos. Anunció además que se construirían nuevos Centros
de Operaciones de Emergencia en otros puntos críticos del país, entre ellos San Martín, Junín, Ucayali, Tacna
y Tumbes. Casi un calco del actual
despliegue del control territorial
establecido por EE UU en Colombia
a través de su sistema de bases militares.
Podemos concluir expresando que
el COMANDO SUR considera cumplido su rol de VIRREY DE LA
REGION, reforzado además con un ALCA (hoy TLC)
revivido. Todos los objetivos del
Sistema Interamericano de Defensa (SIAD) se han cumplido. Un nuevo “triunfo” de la política militarista
de EE UU en Sudamérica y una derrota
parcial del sufrido pueblo hermano peruano que seguramente expresará en las
calles su rechazo a esta afrenta a su soberanía, como lo hace actualmente el pueblo chileno
ante intentos imperiales de la misma catadura y como lo sigue haciendo el
pueblo argentino que ha logrado desbaratar la emboscada imperialista. Hoy
más que nunca
están vigentes las palabras
¡AMERICA UNIDA JAMÁS SERÁ VENCIDA!