Ricardo Martínez Martínez
Rebelion.org
No bastan movilizaciones masivas para detener la violencia estatal y sus correlatos mafiosos como el narcotráfico. No bastan 40 mil muertes, 16 mil secuestros y 6 mil desapariciones forzadas para declarar que en México se vive y muere en guerra.
No bastan las denuncias mundiales sobre la catástrofe que sume a aquel país integrado-subordinado al sur de los Estados Unidos desde 1994 con el TLC, y profundizado en 2005 con la ASPAN. Hace falta más y más creatividad, organización civil y movilizaciones regionales y mundiales para frenar la barbarie.
Para los Estados Unidos, en cambio, es urgente abrir otro teatro de operaciones militares y guerreras en el sur de México y en la región que es considerada, según el departamento de Estado, la más peligrosa del mundo: el triángulo entre Guatemala, Honduras y El Salvador.
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