El Comando Sur de Estados Unidos ha venido realizando el entrenamiento de tropas sudamericanas y mesoamericanas mediante más de una docena de ejercicios militares multilaterales cada año.
Las transferencias de equipamiento bélico se han incrementado también, encabezados en los últimos tiempos por los armamentos que se destinan a Colombia y Chile.
El Comando Sur se ha esforzado por preparar a los ejércitos sudamericanos para futuros combates "contra el terrorismo", según la conocida y maldecida política del gobierno de W. Bush.
Para poner un ejemplo, en el 2001, con el más absoluto sigilo, tropas rangers de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Perú realizaron, en la provincia argentina de Salta, ejercicios contrainsurgentes y ensayaron nuevas tácticas antiterroristas con instructores norteamericanos.
Lo reseñado anteriormente se completa con el establecimiento denuevas bases militares, o la recuperación de otras en desuso, y la realización de todo tipo de convenios que persiguen �insertar� las fuerzas armadas norteamericanas en territorios latinoamericanos y caribeños.
El plan de dominación económica y política, que tiene como punta de lanza el dominio militar de Estados Unidos, se dirige igualmente a vigilar y controlar la dinámica de los movimientos populares de la región o, como lo llama la profesora mexicana Ana Esther Ceceña, �disuadir�, �impedir que el enemigo se forme�.
Las bases militares norteamericanas se hacen cada vez más conocidas a través de la prensa alternativa que las denuncia.
Para los latinoamericanos y caribeños son ya tristemente familiares nombres que designan bases militares yanquis como, entre otras, las de Tres Esquinas, en Colombia; Iquitos, en Perú;Manta, en Ecuador; Palmerola, en Honduras; Comalapa, en El Salvador; Reina Beatriz, en la Isla de Aruba; Libería, en Costa Rica.
Y a la vez muchos latinoamericanos conocen de la resistencia que han podido hacer hasta ahora los pueblos de Brasil y Argentina, para no entregarle a los yanquis la base de Alcántara, instalada en un lugar estratégico del territorio brasileño; y no permitir al Comando Sur que instale una base en Misiones, en la llamadaTriple Frontera, el vértice donde Argentina se toca con Paraguay y Brasil.
La lucha heroica del pueblo de Puerto Rico contra la base norteamericana en la Isla de Vieques, que terminó con el triunfo popular, es un ejemplo de lo que es posible hacer para defender la soberanía de las naciones latinoamericanas y caribeñas.
Cada base militar estadounidense en tierras de Nuestra América, no es solo una amenaza terrible, es por sí misma un atentado a la dignidad de los pueblos y una humillación insoportable.
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