Douglas Fraser, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, aseguró que las capacidades de las policías locales se ven superadas por la narcoactividad y por eso deben ser reforzadas
Estados Unidos
El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el general Douglas Fraser, auguró este martes que las fuerzas armadas seguirán jugando un papel clave contra el crimen organizado en Guatemala, Honduras y El Salvador, ante “el incremento alarmante de la brutalidad y los asesinatos”.
“Creemos que las fuerzas militares en Guatemala, Honduras y El Salvador seguirán siendo llamadas a jugar un papel importante en materia de seguridad doméstica en los años venideros”, dijo Fraser, en un testimonio ante la comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes.
Región violenta
El jefe militar recordó que, según cifras de la ONU, América Central se ha convertido en la región más violenta del mundo, y dentro de la región, Honduras se lleva la peor parte.
La hondureña San Pedro Sula “superó a Ciudad Juárez como la ciudad más violenta del mundo en 2011, con 159 homicidios por cada 100,000 habitantes”, resaltó Fraser.
Ante la “ola creciente de violencia”, los recursos y capacidades de las policías locales se ven superados y por ende “estos países ven a sus fuerzas militares como las únicas entidades capaces de responder a esas amenazas”, estimó.
El jefe del Comando Sur dijo que debido a la magnitud del problema, “en el futuro inmediato centraremos nuestros esfuerzos en reforzar las capacidades de seguridad de nuestros socios en América Central”.
Operación Martillo
Fraser recordó que Estados Unidos coordina desde enero la llamada Operación Martillo, un ejercicio para combatir el narcotráfico en las costas centroamericanas al que se han unido los países de la región y varios europeos.
Los alcances de esa operación “pueden ser amplificados si coordinamos nuestro enfoque aéreo y marítimo con actividades terrestres conducidas” por los países centroamericanos, agregó Fraser.
El testimonio de Fraser coincidió con la visita del vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, este martes a Honduras, donde se reunió con los mandatarios centroamericanos para conversar sobre los esfuerzos en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. La reunión de los gobernantes centroamericanos y Biden tuvo lugar justo cuando Honduras cerró con un récord de violencia de 85 homicidios por cada 100,000 habitantes. El Salvador tienen una tasa de 65 y Guatemala de 41.
Hay que recordar que cerca de 90% de la cocaína que llega a Estados Unidos pasa por América Central y México. En el caso particular de este último país, la guerra contra el narcotráfico dejó 50,000 fallecidos en un lustro.
La violencia en el llamado “Triángulo Norte” (Guatemala, Honduras y El Salvador) supera a la de México (tasa de 18) y su respuesta ha sido militarizar la seguridad pública.
En junio pasado, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, estuvo en Guatemala en una cumbre que concluyó con un plan de acción común y promesas de aportes internacionales por 2,000 millones de dólares, la mayoría créditos.
En Tegucigalpa se dará seguimiento de la llamada Estrategia de Seguridad de Centroamérica, cuyos primeros ocho de 22 proyectos apenas están por iniciar. Mientras, la metástasis del narcotráfico avanza rápido y ha infiltrado policías, fiscales, jueces, todo en un explosivo coctel, donde a la crisis de inseguridad se suma la pobreza que sufre la mitad de los 45 millones de centroamericanos.