WASHINGTON, 29 de julio.— El primer juicio militar realizado por Estados Unidos en la ilegal base naval de Guantánamo esconde un universo paralelo de irregularidades, detrás de su apariencia de proceso legal tradicional, advierte hoy el diario The New York Times, citado por PL.
Evidencias no reveladas en el tribunal, cuestionables interrogatorios y uniformes militares por doquier, son la otra cara de la imagen creada a partir de la presencia de un juez con toga negra, testigos, acusadores y abogados, quienes incluso pueden objetar, señala el rotativo.
Para el Times, en dicho enclave tienen lugar dos causas, una contra el yemenita Salim Hamdan, y la otra contra la administración del presidente George W. Bush.
Hamdan enfrenta cargos por conspiración y supuesto respaldo al terrorismo, después de ser capturado en Afganistán en el 2001, y al año siguiente llevado a la base de Guantánamo, territorio ocupado por Estados Unidos contra la voluntad de las autoridades y pueblo cubanos.
Mientras, la Casa Blanca y sus comisiones militares están en la palestra pública doméstica y mundial, por la dudosa legalidad del sistema diseñado para lidiar con los alrededor de 270 prisioneros llevados a la referida instalación, agrega el influyente periódico.
De acuerdo con el diario neoyorquino, el rótulo de combatientes enemigos, empleado por el gobierno de Bush para justificar el encierro, está en el centro de los cuestionamientos.
Para el fiscal jefe, coronel Lawrence Morris, este es el proceso por crímenes de guerra más justo de la historia; sin embargo, activistas de derechos humanos consideran que se trata de un "juicio ficticio" y que es una farsa creada por el Pentágono.
Evidencias no reveladas en el tribunal, cuestionables interrogatorios y uniformes militares por doquier, son la otra cara de la imagen creada a partir de la presencia de un juez con toga negra, testigos, acusadores y abogados, quienes incluso pueden objetar, señala el rotativo.
Para el Times, en dicho enclave tienen lugar dos causas, una contra el yemenita Salim Hamdan, y la otra contra la administración del presidente George W. Bush.
Hamdan enfrenta cargos por conspiración y supuesto respaldo al terrorismo, después de ser capturado en Afganistán en el 2001, y al año siguiente llevado a la base de Guantánamo, territorio ocupado por Estados Unidos contra la voluntad de las autoridades y pueblo cubanos.
Mientras, la Casa Blanca y sus comisiones militares están en la palestra pública doméstica y mundial, por la dudosa legalidad del sistema diseñado para lidiar con los alrededor de 270 prisioneros llevados a la referida instalación, agrega el influyente periódico.
De acuerdo con el diario neoyorquino, el rótulo de combatientes enemigos, empleado por el gobierno de Bush para justificar el encierro, está en el centro de los cuestionamientos.
Para el fiscal jefe, coronel Lawrence Morris, este es el proceso por crímenes de guerra más justo de la historia; sin embargo, activistas de derechos humanos consideran que se trata de un "juicio ficticio" y que es una farsa creada por el Pentágono.
fuente: Granma