martes 19 de febrero de 2008

¿Por qué en Honduras? Un poco de historia…

La historia de Honduras y el resto de Centroamérica se encuentra teñida de sangre, siendo desde el arribo de los españoles con sus perros y arcabuces hasta la actual presencia de las bases militares estadounidenses, un santiamén de ignominias cometidas en nombre de potencias foráneas y la perpetuación en el poder de una elite al servicio de interese mezquinos.

Desde el momento que se firmó el acta de independencia de Centroamérica en el año de 1821, se selló la traición al perpetuar los privilegios del clero y los latifundistas criollos. La aparente independencia del istmo fue una reacción de parte de los poderes coloniales locales, que presintieron las posibles amenazas de un pueblo enardecido, interviniendo a favor de la preservación de sus peculios.

La posterior fragmentación de la Provincia de Centroamérica, fue producto de las injerencias Británicas y Estadounidenses, los que no tardaron en declarar la famosa Doctrina Monroe, en el 1823, ya que consideraban a América Latina parte de su esfera de influencia. En el año de 1848 los estados Unidos invadieron a México, país que se vio forzado a ceder al vecino del norte la mitad de su territorio, incluidos los hoy poderosos y ricos estados norteamericanos de Texas y California. La marina yanqui en 1854 bombardea y destruye el puerto nicaragüense de San Juan del Norte. El ataque ocurrió después de un intento oficial de poner impuestos al yate del millonario norteamericano Cornelius Vanderbilt, quien había conducido su nave a dicho puerto. El bombardeo facilitó el camino a William Walker. Para 1855, el aventurero estadounidense William Walter, operando en interés de los banqueros Morgan y Garrison, invade Nicaragua y se proclama presidente. Durante sus dos años de gobierno invadiría también a los vecinos países de El Salvador y Honduras, proclamándose igualmente jefe de Estado en ambas naciones. Walker restauró la esclavitud en los territorios bajo su ocupación. En 1898 Los Estados Unidos declaran la guerra a España, en el momento en que los independentistas cubanos tenían prácticamente derrotada a la fuerza militar colonial. Las tropas norteamericanas ocupan la Isla de Cuba, desconocen a los patriotas y España se ve obligada a ceder a Estados Unidos los territorios de Puerto Rico, Guam, Filipinas y Hawai. En 1901 las fuerzas norteamericanas de ocupación hacen incluir en la Constitución de la nueva República de Cuba la infame Enmienda Platt, mediante la cual Estados Unidos se arrogaba el derecho de intervenir en los asuntos cubanos cada vez que estimara conveniente. Cuba también fue forzada al arrendamiento a perpetuidad de un pedazo del territorio nacional para el uso de la Marina de Guerra estadounidense: La Base Naval de Guantánamo.

El los albores del siglo XX, Teodoro Roosevet, presidente de los Estados Unidos en aquel entonces, "estimula" la separación de Panamá, que entonces era parte de Colombia, y adquiere derechos sobre el Canal de Panamá. Para 1904 Se promulga en Panamá la Constitución Nacional, la cual tiene un apartado que contempla la intervención militar norteamericana cuando Washington lo crea necesario. Inmediatamente se inicia la construcción del canal interoceánico.

A lo largo del siglo XX, los Estados Unidos ha hecho gala de una política constante de intervenciones en América Latina. la lista de invasiones con el pretexto de proteger los intereses y vidas de norteamericanos exceden el recuento. Pero cabe señalar la invasión a Honduras en 1910 financiada por Sam Zemurray, el que contrata a los mercenarios Lee Christmas y Machine Gun Guy Molony, los que combatieron a favor de Manuel Bonilla, el que al arribar a un segundo período en la presidencia, pagó con creces la inversión de Zemurray, concediendo enormes extensiones de tierra a favor de las compañías bananeras. La cronología de las invasiones a América latina a lo largo del siglo es extensa, desde la de Nicaragua en los año treinta con el propósito de eliminar a Cesar Augusto Sandino; hasta la de Panamá en 1999 donde experimentó un novedoso arsenal.
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Uno de los mas cruentos frentes de la guerra frías se libró en Centroamérica, siendo utilizado Honduras como base militar de los Estados Unidos, desde donde se agredió a países vecinos, además de ser un laboratorio a manos de John Dimitri Negroponte, el que utilizó el terror como arma de disuasión. El nefasto batallón 3-16, manejado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), sirvió para los propósitos hegemónicos del imperio, y hasta la fecha prosigue de forma subrepticia cumpliendo sus objetivos. La supuesta culminación de la guerra fría en el istmo trajo supuestos aires de democratización en la región, no obstante el aumento vertiginoso de la pobreza ha inducido a un incremento del criminalidad, que ha servido para retornar a una abierta militarización de los países centroamericanos. Fenómenos como las maras - pandillas juveniles y el narcotráfico, sirven de excusa para incrementar la presencia militar y fortalecer a los cuerpos de seguridad, al mismo tiempo que los antiguos escuadrones de la muerte son reactivados so pretexto de frenar el auge delictivo. Tanto el fenómeno de las maras como el del narcotráfico, se les puede ubicar como un producto "Made in the USA". Las maras surgen en las calles de los Ángeles, California, y se institucionalizan en los presidios norteamericanos. Al final de la guerra de El Salvador, comienzan las deportaciones masivas de mareros desde estados Unidos hacia los países centroamericanos, tornándose la situación en un grave problemática social. A los mareros podemos denominarlos los hijos del neoliberalismo, donde las fallas ocasionadas por la ausencia de políticas económicas dirigidas a satisfacer las necesidades básicas de la gran masa de desposeídos - los cuales han surgido como consecuencias de los ajustes estructurales - reaccionan a través de la violencia, como un lenguaje acorde a las normas de la globalización imperante. En las últimas dos décadas ha proliferado el narcotráfico, el que ha permeado todas las estructuras sociales de la región. Podemos señalar que vivimos bajo la narcodemocracia, donde la economía subterránea impuesta por grupos de poder asociados en muchos caso con grupos de militares y políticos. Uno de los ejemplos más tenebrosos es el de la llamada "cofradía" en Guatemala, compuesta de militares asociados con el General Ríos Montt, los que desde la década de los años 80 controlan el aparato militar y de seguridad de ese país por donde circula más del 75% de las drogas ilícitas producidas en Suramérica con destino a los mercados del norte. La narcoproliferación en América Latina ha sido inducida desde el norte, ya que sino existiera el pingue mercado, no habría producción alguna de estupefacientes.

El Plan Colombia es una muestra concreta de como la excusa de la eliminación de las plantaciones de coca, ha servido como pretexto para fumigar y militarizar extensas áreas de ese país. La inyección de 4.000 millones de dólares desde el año 2000 al 2006, no ha tenido resultados concretos, pero si ha servido para incrementar la presencia de tropas foráneas en el país. En la actualidad hay siete bases militares estadounidenses en ese país, además de haber servido el dicho Plan para incrementar el paramilitarismo, lo cual ha permitido que grupos asociados con Álvaro Uribe, se hayan apropiado de las tierras que antiguamente ocupaban los tres millones de desplazados existentes en Colombia.

La publicación del nuevo manual de contrainsurgencia FM 3-24 del ejercito de los Estados Unidos, renueva la visión de control político de parte del imperio hacia sus supuestas colonias. El nuevo manual le da una enorme preponderancia a los aspectos culturales, siendo siniestra la incorporación de antropólogos a las gestiones de contrainsurgencia y la manipulación de factores culturales como elementos de sumisión. Uno de los fenómenos que se vienen dando en las nuevas modalidades de militarización es la tercerización (out sourcing) en los conflictos. La utilización de compañías privadas y mercenarios que suplantan a los ejércitos tradicionales, crea un próspero negocio para las empresas estadounidenses En el caso del Plan Colombia, se contrató a la compañía DynCorp para efecto de las fumigaciones indiscriminadas con agente naranja (roundup royal), al mismo tiempo ex agentes de la CIA, son contratados para prestar servicios de información y espionaje.

Honduras fue utilizado como centro de entrenamiento para mercenarios locales y extranjeros, los que usaron las facilidades de los batallones del ejército nacional para sus siniestros propósitos. La empresa Triple Canopy - especializada en seguridad, trajo exmilitares desde Chile, los que fueron entrenados en Honduras ante de enviarlos al frente en Irak. Los escándalos que ha suscitado los pingues negocios de la compañía Halliburton - propiedad de Dick Cheney - es una muestra más del lucrativo negocio de la guerra en manos de civiles. Halliburton al igual que Blackwater - involucrada en una masacre de civiles irakies, donde fueron exonerados de cargos los asesinos - vienen demostrando la cada vez más importante participación de empresas privadas en los escenarios de guerra y de desastres naturales. Blackwater fungió como cuerpo de bomberos privado en los incendios del año pasado en California, al mismo que tiempo que ha tratado de vender sus servicios para manejar la crisis humanitaria de Darfur.

Las mecánicas migratorias que se han suscitado como consecuencias del desgarre económico surgido de la implementación de las políticas neoliberales, son otro de los negocios atendidos por Halliburton, encargada de la construcción de megacentros de detención para ilegales en los Estados Unidos, al igual que la empresa Boeing está a cargo de la edificación del muro de la frontera.

El cambio climático es un terreno amplio de amenazas inciertas, donde se prevén enormes desplazamientos de refugiados ambientales, situación que generará conflictos a doquier. Se puede observar en el caso del huracán Katrina, como el gobierno federal de los Estados Unidos eludió asumir cualquier responsabilidad en el manejo del pos crisis. Huracanes como el Stan y el Félix, que destruyeron las comunidades maya tzutuhil de Guatemala y los miskitos de Nicaragua, son presagios de como un futuro no muy lejano, el istmo centroamericano será fustigado por el creciente aumento de tormentas y huracanes en el marco del caribe. El desplazamiento poblacional que traerá el cambio climático será manejado con una respuesta militar e incrementará la represión en la región. Honduras desafortunadamente, puede ser considerada como un portavión de los estados Unidos, al ser la única base activa que posee el imperio en la zona. El trágico papel desempeñado por la Base de Palmerola durante la guerra fría, y la utilización del estratégico lugar como base de escucha, colocan al país en una posición sumamente frágil. Desde el desmantelamiento de la Base de Howard en Panamá, Palmerola, Aruba y Manta (Ecuador) fueron los sustitutos para localizar los viatels cenyros de recolección de información y espionaje que eran antiguamente localizados en Howard.
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Un repunte de la militarización de se ha venido dando a partir del ominoso 11 de septiembre, siendo la lucha en contra del fantasma del terrorismo una novedosa forma de aplicar el terrorismo de estado, diluyendo los avances que se habían logrado en las últimas décadas en materia de derechos humanos en algunos lugares del planeta.

La aceptación de la tortura como herramienta oficial del imperio, ha sacudido las nociones básicas del derecho, dando pie a una negación de tratados y convenios internacionales, con los cuales se trató de humanizar las secuelas de los conflictos bélicos. El "submarino" (waterboarding), la tortura aplicada por la CIA a los detenidos de la infame guerra en contra del terrorismo, y la aceptación del mismo por la élite de poder de los Estado Unidos, reabre de forma oficial el uso de la tortura como forma expedita de obtener victorias pírricas.

Las guerras globales que se libran en contra del terrorismo, el narcotráfico, maras (pandillas), nos hacen pensar hasta que punto son reales o son esquemas de dominación disfrazados de combates de supuestos males, que en muchas instancias han sido creados por el gobierno de los Estados Unidos y sus agencias de "inteligencia".

La guerra fría tuvo un frente encarnizado en Centroamérica, jugando Honduras un papel siniestro como sede de una base militar estadounidense, al mismo tiempo que sirvió de santuario a un ejército mercenario que se constituyó como elemento de desestabilización de unos países agredidos. Un cuarto de siglo después, la situación no ha cambiado, y la Base de Palmerola, cedida a los Estados Unidos, continúa ejerciendo una nefasta influencia sobre el país y el resto del istmo.

En Honduras hasta la fecha no se han efectuado mayores esfuerzos en llevar a la justicia a los militares involucrados en las desapariciones forzosas que tuvieron lugar en la década de los 80, en las que estuvieron involucrados militares adscritos al infame Batallón 3-16. Pero aún, los elementos que participaron en los bochornosos eventos se encuentran activos dentro de las fuerzas armadas, siendo un ejemplo el caso del General Álvaro Romero, el que hasta hace unas pocas semanas fungió como Ministro de Seguridad.

La tendencia que existe en el país a una militarización de la sociedad en todos sus estamentos, como respuesta al engranaje de autoritarismo recetado desde el imperio, exige un análisis exhaustivo sobre las causas y efectos, que sirva para poder dotarnos de estrategias de resistencia efectivas y contundentes.

La realización del Foro en Honduras tiene como objetivo principal enfrentar los embates que se están agudizando como respuesta a la oposición que surge con la implementación del Plan Puebla Panamá, y el saqueo neocolonial de hábitats eje primordial de los objetivos del banco Interamericano de desarrollo y de otros organismos financieros internacionales.

Indígenas, campesinos, y el movimiento popular del país, apostamos al Foro, como vehículo de exposición de la problemática histórica de las permanentes invasiones a que nos hemos vistos expuestos, además del enorme poder de vida o muerte que ha tenido la casta militar sobre nuestros destinos. La participación popular y el intercambio con otros pueblos y organizaciones del continente alimentan esta lucha global por la mayor dignificación de la humanidad, por ello creemos firmemente en su importancia, trascendencia y urgencia de este II Encuentro que con alegría y responsabilidad asumimos.